La Última Búsqueda.

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El viajero de mil caminos se dejó caer en espera de la Muerte, la deseaba. Anhelaba que esta llegara y pusiera fin a su sufrimiento. No lo atormentaba el dolor físico de su cuerpo, maltrecho por tantas jornadas. Le dolía no saber qué sigue tras exhalar el último aliento.

Después de visitar todos los continentes, entrevistarse con sabios y consultado oráculos sin obtener respuestas, lo entendió. Solo ella, que está presente en el instante en que todas las miradas se apagan y que observa, como lo haría una madre, esos primeros y vacilantes pasos hacia el umbral desconocido, podría borrar su ignorancia.


Mucho la había esperado, pero esta dama no llega a capricho nuestro, sino en sus propios tiempos, y a veces, coqueteando con nuestros deseos, nos deja esperando, y otras se aparece de improviso cual intruso en la noche que se sienta a nuestra mesa sin ser invitado.

Gruesas lágrimas de alegría rodaron por las secas mejillas del viajero cuando la vio llegar, engalanada como para un baile. Ella abrió su boca desdentada y oscura. «¡Por fin!, el secreto a punto de ser revelado» —pensó—. Pero de esa boca de tinieblas no salió ni un sonido, solo señaló con su huesudo dedo el tiempo pasado. Él vio toda su vida en un segundo, y entendió que su existencia, con todo lo bueno y con todo lo malo, había sido plena. Ahora conocería los misterios y la plenitud de la muerte, privilegio exclusivo de los que ya no deambulan por la tierra.

Inició su último viaje del brazo de aquella dama, y mudos los dos, atravesaron el abismo.

Autor: Ana Piera

HERMOSA MUERTE – micro y fotografía

Desde el génesis de todas las cosas, el sol muere dulcemente entre los cerros. Al extinguirse su luz se abandona a los brazos del mar y al vaivén de su reflejo en el agua, efímero camino dorado que va desapareciendo en medio de una agonía anaranjada. Es una hermosa muerte que se repetirá una y otra vez hasta que todo acabe.

https://bloguers.net/literatura/un-atardecer-en-la-playa-pura-inspiracion-foto-microrrelato/

Ana Piera / Tigrilla

NO TE CONOZCO

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Desperté y ahí estaba junto a mí, como siempre.

—Tu mirada me ha despertado—le dije con la mía llena de reproche.

—Lo siento, ¿preparas café?

No podía creerlo, me despertaba y encima quería que me levantara presta a hacer café. Lo hice, porque también me apetecía y porque no puedo empezar la jornada sin unas tres tazas, cortado y sin azúcar.

Entré a mi portátil a asomarme por los blogs literarios que sigo.

—¿Qué? ¿Hoy no entras a ver noticias?—dijo extrañado.

—No me interesa, ya sé lo que voy a encontrar: hambre, pandemia, muertos, pandemia, corrupción, pandemia, encierro, pandemia, erupción, incendios, vacunas, pandemia

—Estás muy pesimista —comenzó a vestirse. Lo vi sacar una peluca de colores, un traje estridente y enormes, ridículos, zapatos a juego.

Me le quedé viendo, nunca lo había visto así.

—¿Qué? ¿No puedo ser un payaso? —dijo mientras se ponía una extravagante nariz roja—. ¿O prefieres el disfraz negro que incluye la guadaña?

Callé y me le quedé viendo con curiosidad.

El día salió vestido de payaso y en efecto fue una fecha llena de risas, bromas y cosas inesperadas; como si la gente a mi alrededor se hubiera confabulado con él para hacerme el día ligero.

Por la noche, al acostarme, se acercó y me susurró al oído: piensa en mí como una persona que no conoces, y así cosas nuevas pueden pasar.

Autor: Ana Laura Piera

https://bloguers.net/literatura/no-te-conozco-relato-corto/

AÑO NUEVO O VIDA NUEVA?

REFLEXION

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¿Por qué lo llamamos “año nuevo” si es la continuación del mismo tiempo?, el tiempo no se renueva, solo fluye eternamente. Los que cambiamos, nacemos o morimos somos nosotros. Quizás sería más correcto celebrar al “Hombre Nuevo” o a la “Mujer Nueva” que debiéramos ser en cada ciclo que nos ha dado por nombrar “Año Nuevo”. Celebremos una nueva oportunidad de cambiar para bien, para estar más en sintonía con nuestro entorno, para respetar la naturaleza y por ende a nosotros mismos y a nuestros semejantes. Celebremos el amor de los que nos rodean y prodiguémoslo con más fuerza, quitemos la mala yerba de nuestra vida, sembremos amor. Y que a las 12.00 del nuevo ciclo brindemos por nosotros, por nuestra evolución espiritual, por el hombre o la mujer “nuevos” que podemos ser.

Ana Laura Piera / Tigrilla