Mi propuesta para el reto de Lidia Castro Navás «Escribir Jugando» del mes de Julio. Condiciones: escribir un relato de no más de cien palabras inspirado en la carta, que incluya forzosamente el mineral «calcedonia». Opcional que aparezca en la historia algo relacionado con la flor «jacaranda».

A la doncella —que una vez apareció desnuda y empapada en la aldea—, le atraía el humedal cercano. Se metía y su mirada iba de los juncos, a los nenúfares, a las isletas. Buscándole.
Un día se encontraron.
Él cantó, inflando su saco bucal, produciendo un sonido fuerte, grave, anhelante. Ella tocaba su collar de calcedonia que impedía que se convirtiera en el sapo hembra que había sido. Dudaba.
Al fin, con su vestido color jacaranda empapado hasta la cintura, huyó hacia la orilla.
Cada inundación el pasado la llamaba y ella luchaba para no regresar a él.
100 palabras incluído el título.
Autor: Ana Piera.
Por favor, si gustas dejar algún comentario pon tu nombre también. Así te ubico. A veces wordpress los pone como anónimos. Gracias.

Hola, Ana, muy tierno, ambos se buscaban, quizá si le diera un beso se transformaría o ella en sapo hembra o él en humano. (Como la peli de Shrek). Y así terminarían con el hechizo.
Muy ingenioso cómo has metido a la flor jacaranda en el relato.
Un abrazo. 🙂
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Hola Merche, gracias por pasar. Este cuento usa mucha elipsis y deja preguntas sin respuesta, el lector tiene que llenar los huecos: Ella no quiere regresar definitivamente al humedal. ¿Por qué? ¿Quién le dio el collar de calzedonia? El formato corto no permite explicar todo. Ella puede quitarse el collar, por qué no lo hace? En fin, yo dudo que ella quiera darle un beso jajaja. Pero hay algo en ese humedal y en ese sapo que la llaman. Eso sin duda. Gracias por tus comentarios y por pasar, lo aprecio como no tienes idea.
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¡Hola Ana! Ay, ese final estremece. Es un lindo relato en cuyas pocas líneas se adivina una anécdota emotiva de la protagonista y el final me deja un sabor a algo que me mueve por dentro. Ana, siempre tú. ¡Felicidades! Y muchos abrazos 🌹🌹🌹
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Gracias Maty, sí, aquí el lector debe rellenar lo que se «sugiere» de la historia pues el formato no permite explayarse. Hay una historia detrás de ella, del sapo y de ese mundo primordial, primitivo, (para ellos) que es el humedal. Está libre para que cada lector imagine o sienta la historia a su gusto. Gracias por pasar y comentar, abrazo fuerte.
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Hola, Ana. Qué historia tan anhelante. Luchar contra lo que te llama y vivir en un presente siempre con algo que falta. Me ha inquietado el hecho de que la chica-sapo no pueda uqitarse la calcedonia nunca, pues es lo que la mantiene humana. Muy buen trabajo con los elementos del reto. Muchas gracias por tu aportación al desafío de este mes. Un abrazo.
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Hola Lidia, no quería dar la idea de que no se puede quitar el collar, de hecho lo toca y puse «dudaba». Algo primitivo en ella la llamaba a su origen, pero ella no quería dejar su condición humana. Bueno, al menos así lo concebí yo. De cualquier forma hay una historia detrás donde el lector tiene que participar activamente para completarla. Creo que cualquier interpretación es válida. Quizás la continúe jejeje. Saludos.
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Te animo a continuarla, Ana. Se nota que la historia tiene más profundidad de la que vemos en el microrrelato.
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En cierta manera se me agotan los adjetivos con tu relato: magnífico, brutal, buenísimo, melancólico, poético. Rezuma o transmite como dice Lídia ese anhelo… yo diría que transmite infelicidad, lucha interna, contradicción, sufrimiento, dolor, sacrificio… el haber tomado una decisión dura y difícil. A veces el pasado tira de nosotros con una fuerza brutal, nos arrastra… y entonces ya no se trata de un humedal, sino de auténticas arenas movedizas dispuestas a tragarte.
Namaste.
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Hola, qué gusto leerte. Creo que la palabra clave es «contradicción». Le ponía a Lidia que algo primitivo la empuja a su origen, pero ella decide seguir siendo humana. Es una lucha interna. Como bien dices, a veces el pasado tira de nosotros y puede ser un lugar al que no queramos volver. Saludos y gracias por pasar.
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Hermoso!
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¡Muchas gracias!
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Busco tu blog pero no me aparece, si me dejas tu link puedo pasarme y leer algo tuyo. Saludos.
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amorentreestrellas.wordpress.com Que raro, fijate desde ahi!
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Esto expresa la tensión entre la naturaleza esencial y la identidad elegida, entre el llamado instintivo y el deseo de mantenerse en la forma humana. Habla de la fragilidad de las transformaciones y de cómo el pasado sigue llamándonos, aunque luchemos por no volver.
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Lo entendiste perfecto, gracias por visitarme y comentar, lo aprecio mucho. Saludos.
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Ana, este micro es pura alquimia narrativa.
En muy pocas líneas, construyes un universo que parece venir de los bordes del mito y del recuerdo, con ese humedal como escenario líquido donde lo humano y lo ancestral se funden. La imagen de la doncella empapada, con su collar de calcedonia como amuleto de identidad rota o contenida, es potentísima. Es una figura atrapada entre dos naturalezas, entre el regreso a lo que fue y la elección de lo que quiere seguir siendo.
Y qué maravilla ese “saco bucal” como forma de canto masculino… biológico, sí, pero también ritual, emocional, primitivo. El vestido color jacaranda empapado hasta la cintura es casi un símbolo de ese punto exacto entre avanzar y hundirse, entre volver a ser y decidir quedarse.
La última frase me ha gustado especialmente: “Cada inundación el pasado la llamaba y ella luchaba para no regresar a él”. Esos ciclos que nunca terminan del todo, esas aguas que traen consigo no solo humedad sino memoria.
Un micro lleno de capas, que se lee una vez por la historia y varias más por todo lo que esconde.
Un abrazo grande, y enhorabuena por esta escena encantada.
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Muchas gracias Tarkion, creo que lo que más se me da son los micros jejeje. Sin embargo siento que mucha gente es «flojita» para entenderlos. En cien palabras no puedesd explicar todo, tan solo sugerir. Muchas gracias por tu visita y comentario los aprecio muchísimo.
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Hola Ana. Planteas una tensión entre la identidad actual de la doncella y su pasado. La doncella, que alguna vez fue un sapo hembra, usa un collar de calcedonia para mantenerse humana, resistiendo la transformación. El humedal y el canto del sapo representan su vida anterior, que la atrae con fuerza. Al acercarse a la orilla con su vestido color jacaranda empapado, parece estar a punto de ceder a ese pasado, pero no queda claro si lo hace o sigue resistiendo. El relato sugiere una lucha interna entre aceptar quién es ahora o volver a lo que fue, dejando al lector imaginar si la doncella se rinde a su naturaleza original o mantiene su nueva identidad. Una buena invitación a la reflexión.
Gracias por compartirla.
Un abrazo.
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Hola Ana, bello relato, cortito sin embargo profundo, con pocas palabras dice todo sin que sobren ni falten, abrazo grande
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Hola, Ana. Me ha gustado mucho tu relato. La doncella, atrapada entre mundos, entre especies, con ese collar que guarda lo que alguna vez fue. Una parte de su alma sigue anclada al pasado y a ese humedal, y su vínculo con su compañero anfibio no desaparece, por mucho que ella se haya convertido en humana.
Creo que ya te lo he dicho alguna vez, pero tienes mucho arte para escribir microrrelatos y decir tanto en tan poco espacio. A mí me parece dificilísismo.
Un abrazo 🤗
Beatriz (Historia)
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Muchas gracias Beatriz, se me dan sin duda más los micros aunque no a todo el mundo le gustan o los entiende, hay que hacer mucho uso de la elipsis y el lector debe participar activamente para comprender la historia.
A mí me gusta mucho tu material, lo presentas siempre de una forma muy amena y resulta la mar de interesante.
Quizás alguna vez te animes a participar en estos retos a ver qué sale jejeje. Abrazo fuerte.
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Hola, Ana.
Un cuento dulce y bello. Felicidades.
Abrazo Grande.
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Gracias José, no sé si tan dulce o tan bello jejeje, con ella dudando en regresar a su pasado como sapo o seguir humana. Al final ganó lo humano.
Viendo el mundo como está, quizá debió ser al revés, jejeje.
Saludos y abrazo fuerte para ti también.
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Hola Ana, ya desde el inicio al mencionar los nenúfares se hacía presente su belleza. Un micro muy poético. Un abrazo
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Muchas gracias Nuria, abrazo de vuelta.
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Muy poético. Fran.
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Gracias Fran. Saludos.
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Muy bonito, lástima que haya que escribirlo todo en cien palabras, me quedo con ganas de saber qué pasará, pero eso lo tengo que imaginar yo…. es lo que tienen los microrelatos.
Un saludo
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Hola luferura, muchas gracias por leerlo y me encanta que creas que es bonito. Sí, los micros tan pequeños deben usar elipsis que obligan al lector a llenar los huecos o a imaginarse cómo termina la historia más allá de lo escrito. Es su debilidad pero también su fuerza, son evocadores y hacen que el cerebro imagine. Mil gracias por pasarte y leerlo. Saludos.
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Hola Ana
«Conflicto en el humedal» porque reflejas el terrible conflicto de renunciar a la vida original y al amor primitivo por una vida alejada de su origen y del ser amado. Quedan muchos hilos sueltos que nos dejas a los lectores para que decidamos: ¿Por qué no quiere regresar a su humedal, qué ha encontrado en su nueva vida? ¿Por qué no caer en la tentación de quitarse el collar de calcedonia y perder para siempre su naturaleza humana? ¿Deshonrar a quien le permitió transformarse y tener una nueva vida, sea un hada, dios o quien sea? ¿Lastimar al ser que la sigue amando con su anhelante canto?
Muy buen micro, pero con muchas preguntas que podrían configurar una segunda parte. ¿Te animas? ¡Felicidades por este micro que nos permite reflexionar en tantos temas! Me gusta mucho cómo resuelves estos retos.
Un abrazo fuerte.
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Gracias Marlen, es que en cien palabras uno queda corto, hay que hacer mucho uso de la elipsis. La gente que no quiere pensar a veces ni entiende estos micros jajaja. Quizás la continue en otro micro-secuela, puede ser. Gracias como siempre por tu visita y comentarios. Abrazo fuerte.
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