Revolutio.

Mi participación para el VadeReto del mes de abril 2025. El tema es «los ríos».

—Me parece que todo lo que cuentan sobre el «Thuban» es pura exageración —dijo Mik mientras se frotaba los ojos, tratando de ver el camino, pues era corto de vista. Lo que quería era que todos abandonaran esa loca idea de ir en busca del mítico río. Pensaba que era un viaje inútil y él tenía cosas mejores que hacer: los campos no se cosechaban solos y temía a la ira del dueño de las tierras.

—Se dice que ese río se formó con las lágrimas de un mago enamorado, y que quien beba de sus aguas, tendrá amor y descendencia en abundancia. Hace demasiado tiempo que no nace un solo niño en nuestra aldea. ¡Debemos intentarlo! —quien había hablado era Mire, que tenía fama de curandera y de saber sobre ese tipo de cosas.

Y así, todas las parejas que aún no habían tenido hijos, iniciaron una procesión en busca del «Thuban». Iban temerosos de no pedir permiso a su amo y señor, pero no sabían que este estaba al tanto de aquel viaje y secretamente deseaba que encontraran el tal «riacho», (por alguna razón lo imaginaba pequeño). Pensaba que si sus siervos pudieran tener tantos hijos como los tienen los conejos, no faltarían manos, ni grandes ni pequeñas, para labrar sus tierras y seguir enriqueciendo sus dominios. Por ello no mandó a sus soldados a detenerlos ni les estorbó de ninguna manera.

En el camino, Mire contó en detalle la leyenda del mago Thuban, enamorado de una estrella: Alhena. Ella había bajado a la tierra en forma humana y se habían enamorado cuando el mago era joven, luego, Alhena debió regresar a su lugar en el firmamento y dejó a Thuban con la promesa de que volverían a verse en persona. Él podría ver siempre su deslumbrante luz desde la tierra, y así quizás no la extrañaría tanto. Cuando el mago era ya muy anciano, un día se asomó buscándola y no la encontró. Fue tal su aflicción que lloró desconsolado y las lágrimas formaron un río que inició debajo de su lecho y siguió un curso hasta el sótano, ahí muebles y libros flotaron en aquella tristeza acuática. Surgieron peces, nenúfares y cangrejos. Al final tanta agua no pudo ser contenida, y se hizo un boquete por el que empezó a manar con fuerza, debilitando el castillo, que terminó desplomado. Así, bajo sus escombros nació el río «Thuban».

—¿Y qué pasó con el mago y la estrella? —preguntó uno de los aldeanos.

—Thuban se dio cuenta de que no había encontrado a Alhena en el cielo, pues ella había bajado para verse con él. Ambos se fundieron en uno solo y se elevaron hasta el cielo para ocupar un lugar en la noche del mundo. De esa unión surgieron muchas estrellas nuevas. La destrucción de la morada del mago ocurrió inmediatamente después.

—Todo eso son tonterías —dijo Mik en tono burlón—, cuentos de viejas. No sé por qué los estoy acompañando. Cuando nuestro amo se entere, nos castigará con furia y nos quedaremos sin nada. Yo iré y le pediré perdón, quizás tenga misericordia de mí y de los míos. Hizo ademán de dar la vuelta para regresar, mas su mujer se negó a seguirlo, y como él no podía ver bien y temía perderse, muy a su pesar, se quedó. Eso sí, renegando y mascullando en contra de aquella empresa insensata.

Todos los demás estaban muy ilusionados con la posibilidad de por fin ser padres y querían continuar. No les importó atravesar intrincados bosques y agrestes cañadas. En su camino encontraron arroyos y afluentes, pero ninguno era el que buscaban. Se decía que las aguas del «Thuban» eran de color zafiro.

Una mañana, escucharon el familiar rumor de aguas corriendo y cuando se acercaron y vieron correr un hermoso torrente azul purpúreo, se emocionaron. Caminaron a lo largo de sus márgenes unos kilómetros hasta que encontraron los vestigios de las cuales surgía. Ya no había duda, ¡lo habían encontrado!

—¡Beban todos! —dijo Mire con una sonrisa en el rostro.

Así lo hicieron y en poco tiempo comenzaron a sentir que el corazón se les desbordaba en el pecho y cada uno tomó a su pareja y alejados unos de otros, hicieron el amor con una pasión y una felicidad hasta entonces desconocida. Estuvieron unidos mucho tiempo y cuando todos se reencontraron, se veían distintos.

—He tenido una revelación —dijo una aldeana—, y es que no hemos podido ser fértiles porque no hemos sido plenamente felices.

—¿Cómo serlo? —dijo su pareja—. Trabajamos de sol a sol, no tenemos tiempo para nosotros y nuestra paga es ínfima.

—Nuestro señor no ha sido justo con nosotros —dijo otro—. Él se queda con el fruto de nuestro trabajo y deja que vivamos casi en la miseria.

—Necesitamos vivir y trabajar en condiciones mejores —dijo Mik. Su rostro estaba tan cambiado que parecía otra persona.

En unos odres de cuero, que llevaban para tal efecto, recolectaron un poco de agua del río para compartir con aquellos que se habían quedado en el poblado.

Al marchar de regreso, las mujeres intuían llevar ya la semilla de una nueva vida en sus vientres. Lo comentaron con sus parejas y todos estuvieron de acuerdo: lucharían por su felicidad o morirían en el intento. Al frente de todos iban Mire y Mik, quien, por cierto, ahora parecía tener mejor vista que nunca.

La magia de las aguas del río Thuban los habían cambiado para siempre.

Autor: Ana Piera.

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Nota: revolutio en latín es revolución.

Parte de este relato está inspirado en otro relato mío «De Magos y Estrellas».

https://bloguers.net/votar/AnaPiera68

https://bloguers.net/literatura/revolutio-4/

35 comentarios en “Revolutio.

  1. Hola, Ana, qué historia más bonita y con la moraleja final de querer conseguir una vida mejor, porque se les había olvidado (o no los habían dejado) ser felices. Me ha encantado el párrafo del «enamorado de la estrella» y cómo surge el río por sus lágrimas. Muy bonito. Te felicito, gran cuento.

    Un abrazo. 🙂

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  2. Ana, qué bonito y requete bonito relato. O sea que la lloró todo un río. Y, la noche del mundo… En verdad es algo que llega al corazón recordándonos que la felicidad no la podemos perder de vista, está dentro de nosotros mismos y es nuestra forma de navegar. Me gustó mu mu mucho! Un abrazo grande 🤗🤗🤗🌹🌹🌹

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    1. Hola Maty, sí, la felicidad está en cada uno de nosotros. si queremos cambiar las condiciones que nos la ponen difícil. Muchas gracias por tu visita y tu abrazo. Va otro de regreso…

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  3. Hola, Ana.

    Siempre nos regalas belleza y fantasía con tus cuentos, pero, además, nos alimentas con dulces y emotivas leyendas que nos permiten seguir disfrutándolas en nuestra imaginación.

    Esta frase debería estar escrita, bien grande, a la entrada de cualquier río: «…este río se formó con las lágrimas de un mago enamorado». Además de fertilidad, empuja a la felicidad, ¿se puede pedir algo más? Sí, tener uno cerca para poder beber de él. Aunque, si los ríos desembocan en el mar, yo podré acercarme a mi Caleta y pegarle un sorbito salado. 😉🤗

    Muchas gracias por esta fábula tan bonita para nuestro VadeReto.

    Abrazo Grande.

    PD. Tú vas mu rápida amiga. ¿Ya me regalas el relato del mes de abril? 😜😂

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    1. Muchas gracias José, creo que el río aclara la mente y se lleva todas las cosas que pensamos que son «normales» pero que en realidad, van en contra de nosotros. La gente es más feliz en un entorno donde todos puedan desarrollarse sanamente y donde haya justicia y se trabaje sin que se aprovechen de uno. En ese sentido el rio empuja a la felicidad, los hace pensar, creo yo. Gracias por tu comentario. Jajaja , este mes va saliendo todo a tiempo jejeje. Abrazos.

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  4. “Aguas de color zafiro”, “torrente azul purpúreo” o “corazón desbordado” pintan escenas vivas y emotivas. El río Thuban, con sus aguas transformadoras, y la estrella Alhena evocan amor, esperanza y renacimiento. El río Thuban simboliza un catalizador para superar la infertilidad y la infelicidad.

    La vida bajo el amo refleja explotación, pero el desenlace sugiere una rebelión nacida del empoderamiento colectivo.

    El simbolismo es clave: el río como lágrimas de amor perdido que traen vida, las estrellas como promesas eternas, y el agua como purificación y cambio.

    Mik evoluciona de escéptico a líder, mientras Mire encarna la fe en lo imposible. Los aldeanos, aunque secundarios, ganan profundidad en el clímax, mostrando un despertar colectivo.

    El texto recuerda a cuentos populares europeos, con su mezcla de mitología, moraleja y transformación mágica.

    Es un relato encantador que equilibra lo mágico con lo humano de una manera que me atrapó desde el principio. La leyenda de Thuban y Alhena es hermosa y está bien tejida en la trama, dándole un trasfondo emotivo que eleva la historia más allá de una simple búsqueda. El giro de Mik, de renegón a líder con “mejor vista que nunca”, me pareció ingenioso y simbólico, y el despertar colectivo de los aldeanos me dio una sensación de triunfo.

    En resumen: me encanta su atmósfera, su mensaje y su mezcla de magia y humanidad.

    Enhorabuena Ana.

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    1. Gracias Marcos, eres el primero que al comentar toca ese tema del despertar colectivo contra una situación injusta, que quise plasmar en el relato. Y has sabido leer también los simbolismos, por ejemplo Mik que primero «no veía» y luego ya «ve». Gracias por la profundidad de tu análisis. Te mando un abrazo.

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  5. Hola Ana. En mi opinión, el relato sobre el río Thuban refleja cómo una comunidad, desesperada por la infertilidad y la opresión, busca esperanza en una leyenda mítica. Aunque al principio Mik se muestra escéptico, su transformación demuestra cómo el viaje no solo fue físico, sino también emocional. La historia resalta la lucha por la felicidad y mejores condiciones de vida, simbolizada por la búsqueda del río y su poder mágico. Más allá de las supersticiones, parece que lo esencial es el despertar de la conciencia de los aldeanos sobre la injusticia y su derecho a una vida digna.

    Me ha gustado mucho. Un abrazo

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  6. ¡Qué maravilla, Ana! Un cuento precioso, lleno de magia y de dulzura. Bellísima la narración en torno a la leyenda del mago y la estrella y muy potente todo el simbolismo que esconde la historia, como ya comenta Marcos. La evolución de los personajes también muy acertada. Me ha gustado muchísimo.

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  7. Es toda una leyenda encantadora… sobre todo la belleza del mago y la estrella. Pero además ese río inspira, no sólo sana la infertilidad, sino que da claridad a las mentes para que comprendan su situación. A partir del desenlace comienza otra historia que el lector imagina… y habla de revoluciones.

    Voy a ver los enlaces, pues creo que te inspiraste en alguna hermosa leyenda de tu país?

    Abrazos 🙂

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  8. ¡Hola, Ana!

    Tal vez la magia del río fue esa. la ilusión con la que se bebieron el agua y lo que luego disfrutaron de sus parejas. La magia continuó al hacerles ver que la felicidad es la chispa de la vida. Una leyenda muy bonita. con u trasfondo muy actual. Disfrutar de momentos con las personas que nos importan es una de las cosas más importantes para ser felices.

    Un placer leerte. (Mª José Sánchez)

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  9. ¡Ana!

    Este relato no camina, flota. Como si lo hubieras escrito desde la orilla del Thuban, con los pies mojados y la cabeza en las estrellas.

    La leyenda del mago y Alhena me pareció bellísima, pero lo que realmente me atrapó es cómo entrelazas esa mitología con algo muy humano: el deseo de una vida mejor, el anhelo de plenitud, y ese cambio de conciencia que solo aparece cuando se permite sentir, amar, parar. El viaje a por el río no es solo una búsqueda de fertilidad, sino una ruptura con la resignación.

    Y eso me encantó. Porque lo mágico aquí no es que el agua sea azul purpúrea, sino que les devuelva la vista. Que les despierte. Mik empieza viendo poco y termina viendo claro. No porque el río sea milagroso, sino porque se atrevió a seguir andando.

    Me gusta también que no caigas en el discurso fácil del «villano». El señor feudal está ahí, sí, pero no se convierte en antagonista explícito. La revolución nace del gozo, no del odio. Eso tiene mucha más fuerza: no es una revuelta, es un alumbramiento.

    El ritmo es suave, poético, con esa cadencia tuya que no necesita levantar la voz para hacerse sentir.

    Me he quedado con una frase: “no hemos podido ser fértiles porque no hemos sido plenamente felices.”
    Detrás de esa línea hay una clave que muchas veces pasamos por alto: la felicidad también es condición de vida, no debería ser un lujo opcional.

    Gracias por este cuento, por tu mirada y por tu forma de contar.

    Un abrazo con eco de río.

    — Miguel (Tarkion)

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    1. Hola Miguel, gracias por leerlo. Has captado el mensaje perfectamente. Hay cosas importantes, como la libertad, la felicidad, cosas que nadie nos las va a venir a regalar. Hay que luchar por ellas. Me gusta lo que dices sobre la «ruptura con la resignación» y en efecto, así es. A veces normalizamos cosas que no deberíamos y debemos abrir los ojos y ver bien, como al final le sucede a Mik y a todos los demás. Aprecio mucho tus comentarios. Te mando un abrazo fuerte desde México.

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  10. Hola Ana:

    Parece que ese río hacía algo más que permitir a las parejas tener hijos.

    Es curiosa la idea de que no podían tener hijos por no ser felices. Curiosa y, creo, original: es la primera vez que la veo en una historia.

    Un abrazo.

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