La Mujer Pájaro – Cuento Corto.

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Amanecí gorjeando, y no se trata de prosa poética. Amanecí gorjeando como un ave. No me di cuenta al principio; como siempre, yo comencé a repartir órdenes e instrucciones a diestra y siniestra: «¡Vístanse! ¡Ya es hora!»¡No dejen la ropa tirada!» «¿Se lavaron los dientes?» «¿Alfredo, vas a querer huevos tibios o fritos?» Pero la cara de absoluto asombro de mis hijas y esposo, así como la falta de respuesta a mis arengas me indicaron que algo andaba mal. Fue entonces cuando me escuché. De mi boca no salían palabras, sino gorjeos como los de los pájaros. Cerré los ojos pensando que en realidad aún no me había despertado y estaba inmersa en alguna especie de sueño extraño, causado quizá por la mala digestión de la lasaña de la cena anterior. Los abrí de nuevo, pero el sueño seguía. Miré a mi esposo y pronuncié su nombre, en mi mente dije «Alfredo», mas lo que se escuchó fue una voz de pájaro que hizo que me desmayara.

Traté de buscarle sentido a lo que me ocurría, en mi mente repasaba yo todas las posibilidades: desde alguna mala reacción a las pastillas para la dieta, hasta haber pescado algún extraño virus —ahora tan en boga— en la tienda de mascotas donde había ido con mis hijas por unas tortugas japonesas. Busqué una respuesta médica, pero los doctores que me examinaron, entre asombrados y divertidos, no encontraron ninguna explicación, y para mi desgracia, tampoco ninguna cura a mi problema. Me sentí devastada.

De alguna forma, junto con mi voz, también perdí mi autoridad. En casa, mis gorjeos solo lograban risitas y burlas. Comencé a usar un pequeño pizarrón donde escribía lo que quería decir y evitaba hablar. Mis labios se cerraron excepto para comer el alpiste que día con día se me iba antojando más por sobre cualquier otro alimento. Mi familia comenzó a avergonzarse de mí. Dejé de frecuentar a mis amistades y parientes y mi condición la mantuvimos en secreto por el bien de todos. Si alguien preguntaba, se le decía que sufría una afectación en la voz y que había enmudecido temporalmente. Yo aceptaba todo con resignación, de nada servía rebelarse, pero comencé a sentir cómo mi alma se iba saturando de tristeza.

Un día, cuando Alfredo vio que había traído del supermercado unos huesos de jibia, semillas de linaza y un libro sobre canarios, además del alpiste habitual, me increpó. Me amenazó con mandarme a un manicomio, luego su tono cambió y se hizo suplicante, deseaba con todas sus fuerzas que yo volviera a la normalidad. Me pidió hiciera un esfuerzo, él pensaba que el problema estaba en mi mente, traté de concentrarme y hablar como una persona, pero de mi boca solo salió un débil y triste gorjeo. Alfredo salió aventando la puerta y yo me derrumbé en la mesa llorando lágrimas mudas.

Las noté mientras me duchaba, dos protuberancias extrañas en mi espalda, una del lado derecho y la otra del lado izquierdo. Entré en pánico, salí desnuda y chorreando agua hacia el espejo, me vi… Las vi. «Algo» me estaba creciendo. A partir de ese momento evité hacer el amor con Alfredo, no podía permitir que me viera sin ropa. También evité cualquier contacto físico con mis hijas por temor a que las descubrieran. Las protuberancias crecían día con día, no podía ignorar que se trataba de dos alas incipientes, me aislé de todos y de todo y me encerré en el cuarto de huéspedes.

Hoy una urgencia irracional me ha obligado a salir sin avisar en medio de la noche. El corazón se me quiere salir del pecho mientras me dirijo a toda prisa al Cerro de la Cruz. Subo con rapidez, como si mis pies conocieran la urgencia de mi alma y cooperaran gustosos. Por fin estoy en la cima, ¡qué bueno que no hay nadie!. Me desnudo al tiempo que veo el sol anunciarse en el horizonte, de mi garganta surge un canto de bienvenida para él, las notas son hermosas, dulces y tristes a la vez. Me acerco a la orilla del cerro, la que da al océano. Abajo, las filosas rocas son ahogadas sin misericordia en espuma de mar. Unas gaviotas revolotean sin prisa, prefiero mirarlas a ellas, las miro largamente, casi con envidia. En mi espalda siento un movimiento involuntario de mis jóvenes alas. Primero un aleteo tímido, luego un batir furioso, por momentos me levanto unos centímetros del suelo para volver a bajar. Ignoro si ya están listas, quizás les falte crecer. Delante de mí se extiende el cielo, sin límites ni fronteras. Las nubes no piden explicaciones, el viento no distingue entre aves o aviones. Me retiro de la orilla y retrocedo, tomo impulso…

790 palabras.

Autor: Ana Laura Piera

Relato participante en el concurso del blog El Tintero de Oro correspondiente a Junio 2024. Se homenajea al escritor Franz Kafka y su conocida obra La Metamorfosis. Se trata de escribir un relato cuyo protagonista despierte a un mundo o realidad que no acabe de entender.

Actualización: La Mujer Pájaro salió ganadora en el concurso, me siento muy honrada y muy feliz.

El audio anterior es un experimento con IA, donde ésta «analiza» mi texto, identifica puntos débiles y fuertes y en general habla sobre él en un ejercicio tipo podcast. En general me resulta interesante el resultado. Está hecho con la herramienta NotebookLM de Google. Hago la aclaración que mi relato es cien por ciento hecho por mí y que no fue generado por IA. Este «análisis» sí es hecho por IA y de ninguna manera sustituye un podcast hecho por profesionales ni pretende ser un análisis literario en toda regla. Repito que es un experimento.

https://bloguers.net/votar/AnaPiera68

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99 comentarios en “La Mujer Pájaro – Cuento Corto.

  1. Hermoso cuento corto! La protagonista no asumió; como su familia tampoco lo ha hecho, que se ha convertido en el «Ángel de la Guarda» de todos ellos. Especialmente las niñas, festejaran adorablemente su presencia. Un cálido saludo,

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  2. Muy lindo cuento, me gustó mucho, como la mujer fue adquiriendo poco a poco un don excepcional, como su familia la seguía eligiendo de igual manera, me gustaría (si es posible) que haya una segunda parte, sería una historia muy bella, y por otro lado, a quién no le gustaría volar algún día, yo cada tanto pienso y fantaseo con poder volar, si tan solo fuera ingeniero, o inventor, probablemente estudiaría los aviones como es que están hechos y de esa forma inventar algún tipo de traje volador, no sé estaría bueno y parecería ser posible, perdón a veces vuelo con la imaginación, gracias por la lectura, me ha gustado, sobre todo porque me diste una vez más la posibilidad de sumergirme en una agradable historia.

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  3. Relatas la transformación de la mujer, la reacción de la familia, el sufrimiento ante lo desconocido. Con un lenguaje que permite entrar de lleno en el texto. Y dejas el final abierto, ella toma impulso… Sinceramente me ha gustado mucho. Un abrazo.

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  4. Impresionante una metáfora para los que no encajamos en esta sociedad de estándares «normales», refiere a la libertad como eso que va en contra del comfort cotidiano y que al principio duele, pero al aceptarlo tal cual volamos por los cielos ilimites de infinidad de posibilidades.

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  5. Me ha encantado tu relato. Sinceramente ha llegado a emocionarme. La necesidad de libertad que tienen algunas personas aun viviendo el supuesto sueño de tener trabajo, familia y amigos. El querer huir de ese costumbrismo y que tus allegados te traten diferente por no comprenderlo. Y ese final ha sido absolutamente maravilloso.

    Me encanta como usas la fantasía para contar la cotidianidad del día a día y sus secretos. Enhorabuena por este gran texto, es excelente.

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  6. Qué bonito, Ana. Igual que en la historia de Kafka, planteas muy bien, más allá de la transformación de la protagonista, la incomprensión y el rechazo de la familia ante su situación. La soledad en que ella queda, su desconcierto… Muy buen relato. Me ha gustado mucho. Muy emocional.

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  7. Trepidante e inesperada transformación la de la protagonista. Transmites muy bien el dolor y la angustia del proceso de la mujer pájaro, hasta llegar al final, que parece toda una liberación! Un abrazote y mucha suerte en el concurso!

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  8. Hermoso cuento, me encantó, no solo está muy bien narrado, sino que es muy imaginativo, me gusta esta transformación en un ave, que se me hace majestuosa, un abrazo.

    PATRICIA F.

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  9. Muy bien desarrollada las sensaciones de la protagonista, la reacción de su familia, la de su pareja. Como mira al sol y surge un bello canto de su garganta. En definitiva muy bien lograda la transformación de la mujer. Me gustó mucho. Abrazos

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  10. Hola Ana.

    Desde los primeros gorjeos, estaba esperando el final donde decidí que esa mujer valiente aceptaría su conversión total y volaría libre por los cielos.

    Yo suelo volar en sueños muchas veces y la sensación es maravillosa. Claro que todo don que se obtiene tiene un precio. ¿Será la separación de sus seres queridos? ¿O entenderán que es más fuerte el amor que la forma?

    ¡Precioso relato! Un abrazo.

    Marlen

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  11. Hola Ana, pues a pesar de la crudeza del texto y del sufrimiento de la prota, al final se queda con un regusto bonito, poético y feliz. Pero me encanta el mensaje; volar entraña una metamorfosis tan visual y desgarradora, pero llegas donde nadie.

    Muchas gracias por participar, mucha suerte y un abrazo

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  12. Muy bueno, Ana.

    Carece del espíritu negativo del resto de relatos.

    Desde el principio me pareció que la transformación era física desde el principio. No me do cuenta hasta lo de la pizarra de que era solo la voz.

    Esto abre el campo de la enfermedad. y angustia más a la protagonista.

    Hasta que aparecen las alas que transforman la desgracia en casi casi alegría.

    Volar ¿ bien vale una familia?

    Abrszo y suerte

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    1. Hola Gabi, lo de la voz es parte de la transformación, siempre lo imaginé como una transformación física. Obvio esto en la vida real no es posible pero puede ser simbólico, cambios que nos acontecen. Muchas gracias por tu comentario. Abrazo de vuelta para ti desde México.

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  13. Hola Ana, sin duda volar le traera libertad. Bien relatado. Desde la sorpresa, pasando por la angustia y esa libertad. Y los sentimientos y actuaciones de los personajes corales. Muy libertador aunque me repita. Enhorabuena. Un abrazo.

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  14. Hola Ana. Un relato surrealista que comienza con un gorjeo y termina con la protagonista transformada en su totalidad, o casi, en un pájaro. Una metáfora quizás de la soledad y la incomprensión que a veces sentimos aun cuando estamos rodeados de gente, incluso de los nuestros. En este caso esa mujer a cargo de su familia que se ve dejada de lado por su marido e hijos, anclada a un bucle del que no sabe salir. La huida hacia adelante la lleva a una encrucijada en la que debe romper con su presente o rendirse por completo, arrojándose a ese acantilado por el que no sabe si caerá o conseguirá volar al fin. Nos quedamos con la duda, pero en realidad esa duda final no es lo más importante del mensaje. Un abrazo.

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  15. Preciosa narración, Ana.
    Yo lo interpreto como que una mujer (aparentemente feliz) se siente enjaulada y sus ansias de libertad la llevan a convertirse en un ave voladora.

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  16. Qué metamorfosis tan hermosa la que has descrito, Ana!! Ese comienzo triste por la incomprensión de la familia de la protagonista y ese final esperanzador en el que ella acepta totalmente su nueva naturaleza. Me encanta como has narrado la historia y la frase: “Delante de mí se exiende el cielo, sin límites ni fronteras…” tiene una gran fuerza. Espero que la mujer pájaro disfrute de un magnífico vuelo. Suerte en el concurso y un abrazo!!

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  17. Es deliciosa y tiene cierta gracia (menos para la sujeto de los gorjeos), una madre haciendo las cosas cotidianas del dedesayuno y la cara de asombro de su familia al escuchar sus asombrosos gorgoritos. Además perdió suautoridad de madre, organizadora, el alma de la casa y a eso no hay derecho¡claro que no!

    Pero mira, el placer de elevarse por encima del mundo (he soñado varias veces con volar y es algo incomparable)

    Me enfoco más en la belleza incomparable de la libertad y de los infinitos espacios celestes que en la incomprensión familiar que tomo como una alegoría. Ana me ha gustado muchísimo, más aún por lo que esconde la historia que por lo que enseña.

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  18. Hola, Ana. Tu relato me ha parecido muy bello. La paulatina trasformación de la mujer en ave, ¿o será un ángel?

    Suerte en el concurso. Saludos.

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  19. Hola, Ana. Un cuento precioso. Me ha encantado como vas desarrollando la historia lentamente, contada en pasado, hasta ese final en presente en el que todo se precipita con mucho más ritmo. Además de la hermosa metáfora que ya han mencionado más arriba y que le da un poso de profundidad al relato.Enhorabuena. Un abrazo y suerte en el concurso.

    Enrique Bravo

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  20. Hola, Ana. Un bello relato que nos habla de la incomprensión de la sociedad hacia lo distinto. Nos avergüenza lo que no forma parte del rebaño y en vez de intentar comprenderlo, lo alejamos de nosotros como si no existiera. Creo que nuestra protagonista va a ser mejor aceptada en el cielo, entre las gaviotas, que entre los monstruos ¿humanos?

    Un relato bello y trágico a la vez. Esperanzador, pues creo que alcanzará la libertad.

    Un abrazo y mucha suerte en el concurso.

    Bruno

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  21. Puede ser que las aves viven en libertad, mas que el hecho de volar es un don maravilloso, y en contraste nuestra vida puede ser como una especie de carcel. Diria yo que ese cambio aunque brusco es un premio para la protagonista que alfin pudo vivir libre, incluso de ella misma.

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  22. Saludos, Ana, qué bello relato, muy conmovedor y que es una de mis aspiraciones también: Poder volar, pero ahora veo que tiene factura: Tu familia te rechazaría. Es un precio muy alto para pagar.

    Lucy Ferro

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  23. Me ha encantado tu relato, Ana. Esa transformación de tu protagonista en ave. Relatas una historia llena de simbolismo y de emociones encontradas. Qué triste que, cuando experimentamos algún cambio, por pequeño que sea, sea en nuestro propio entorno donde menos comprensión encontremos y acabemos hallándolo lejos.

    Mucha suerte en el concurso.

    Un fuerte abrazo.

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  24. Ana, FELICITACIONES.

    Haces siempre muy buenos relatos, y tener esta vez el ORO es un reconocimiento muy especial, tu relato me agrado mucho por los simbolismos que implican.

    De verdad, siempre ha sido un gusto leer tus aportes.

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    1. Hola José, muchas gracias por tu comentario, lo aprecio muchísimo. La verdad ni en sueños pensaba que podía tener el de oro jajaja. Me siento muy honrada, pero más feliz de haberlos leído a todos pues cada relato es especial. También me gusta mucho leerte y en esta ocasión nos hiciste reflexionar con un relato super interesante con ese anillo extraño. Abrazos…

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    1. Gracias Marlen, la verdad no lo esperaba jajaja. Para mí ese relato es especial y pensé que iba perfecto con la premisa pero nunca imaginé que podía traerme el tintero de oro. Me siento muy honrada y creo que todos los relatos merecen reconocimiento. Te mando un abrazo de vuelta gracias por tus palabras.

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      1. Hola Ana.
        No me extraña que te gustara tu relato, hay veces que una se enamora de sus personajes.
        Y aunque una no escribe por el premio, y te toma de sorpresa, siempre es un orgullo conseguirlo, sobre todo cuando es otorgado por los compañeros. Así que nuevamente Felicitaciones merecidas. Un abrazo.

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  25. Hola, Ana!

    Hacía mucho que no pasaba por aquí —ni por el Tintero— y me ha encantado encontrarme con que tú eras la flamante ganadora del Tintero de Oro. ¡¡¡Enhorabuena!!!

    Me ha encantado la historia. Desde luego es muy kafkiana.

    Un placer leerte de nuevo. Un beso.

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    1. Hola MJ, gracias por tu visita y comentario. Te hemos extrañado en El Tintero, ojalá vuelvas. Gracias por leer mi Mujer Pájaro, me siento muy honrada de ese Tintero de Oro que no esperaba. Creo que todos los relatos merecen reconocimiento. Saludos.

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  26. ¡Genial! Las dos cosas, je,je. Por un lado tener la oportunidad de compartir contigo algunas impresiones de la lectura y, como no, felicitarte. Un relato de clamor, de LIBERTAD, de esperanza en esa transformación, ese cambio tan deseado cuando has estado metida en la parte más angosta de un embudo. La candidez convertida en palabra que va más allá del deseo, pero con la fuerza final del vuelo. ¿Algo más? tanto…. Abrazos mil.

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