Ensalmo – Microrrelato.

Mi propuesta para el reto de El Tintero de Oro, escribir un relato donde la «espera» sea el protagonista o el detonante de la historia. Límite de palabras: 250.

Cuando Rosy alumbró un niño saludable, pidió con vehemencia que se lo mostraran desde todos los ángulos hasta quedar satisfecha.

En casa no dejaba de observarlo y pasaba sus trémulos dedos por la diminuta faz esperando que abriera los ojos. «Solo falta eso» se repetía.

Aún guardaba el ensalmo de Zaida: un papel amarillo doblado muchas veces sobre sí mismo, mantenido bajo la almohada por siete noches. Las primeras seis, el perfume de Rogelio, su marido, inundó la habitación. Lo sentía ponerse encima de ella y mientras disfrutaba de añoradas caricias pensaba tan solo en quedar embarazada. La séptima sintió algo muy diferente: no hubo olores agradables, solo violencia, arañazos, golpes y mordiscos, pero al despertar, su cuerpo no mostraba evidencia de agresión.

«A veces los espíritus se alocan» le dijo Zaida. «¿No abriste el papel, verdad?». «No», mintió. «Entonces, quédate tranquila».

Le contó a su hermana Chayito.

«¿No era más fácil que te embarazaras de un vivo? No sé cómo te atreviste. ¿Y si la última noche no fue Rogelio?»

La espera era insoportable. «Sus ojos me sacarán de dudas».

Luego de 48 horas, el niño miró el mundo con una esclerótica negra y una llama bailando en lugar de pupila. Una sonrisa siniestra, impropia de un bebé se instaló en la pequeña boca. Esa noche, Rosy abrió todas las llaves del gas, cerró ventanas y se puso a amamantarlo. El recién nacido succionaba con crueldad.

Ambos se fueron deslizando en la muerte, o eso esperaba ella…

249 palabras.

Autor: Ana Piera.

Por favor, si eres tan amable de comentar, deja tu nombre, a veces WordPress pone los comentarios como anónimos. Gracias.

Mi relato en la revista digital Masticadores AQUÍ.

Y bueno, siguiendo las enseñanzas de Tarkion, he puesto a la IA a analizar mi relato (el cual es cien por ciento mío, de mi inspiración). Resulta interesante escucharlas desmenuzarlo y sin duda hay aspectos de los que uno puede aprender. Ojo: Esto no sustituye un podcast profesional ni un análisis de expertos. Es un experimento.

https://bloguers.net/votar/AnaPiera68

https://bloguers.net/literatura/ensalmo-microrrelato/

EL DÍA QUE LOS CERROS SE LEVANTARON

Photo by Tiraya Adam on Unsplash

La gente siempre recordará ese día. El estruendo fue pavoroso y se escuchó hasta el fin del mundo. Previamente hubo señales que presagiaban que algo catastrófico estaba por suceder. El pulso de la Tierra, antes firme, se volvió como el de un anciano tembloroso; los animales salvajes no se dejaron ver por ningún lado y un prolongado eclipse de sol hizo que muchas personas pensaran que las tinieblas lo habían ahogado sin remedio. El viento no llevaba ya el canto de las aves, solo extraños presentimientos que llenaban de temor los corazones.

Como gigantes se levantaron. A su lado las poblaciones humanas parecían hormigueros y aunque las grandes masas de tierra no tenían la intención de herir a nadie, hubo muchísimos muertos y heridos. De los lomos de los cerros cayeron: casas, personas, vehículos, ganado y todo lo que los humanos solemos poner en ellos al creer que los conquistamos.

En medio del caos unos pocos las escucharon, aunque ninguno las entendió: palabras de pesar proferidas por los nobles monstruos al alejarse. Se fueron con los pies de tierra envueltos en una polvareda espesa mientras caminaban haciendo llanura. No se supo el porqué de aquel formidable éxodo, pero sin ellos nada fue igual. El paisaje se hizo monótono, el clima cambió, los ríos inundaron las poblaciones, los animales ya no tuvieron donde guarecerse y la gente quedó desnuda.

Desde entonces los niños y los viejos cantan melodías al amanecer para atraer a los cerros otra vez, pero el tiempo se vuelve un bien escaso. Si los ves, trátalos bien y diles que esta eterna espera nos está matando.

Autor: Ana Laura Piera / Tigrilla

https://bloguers.net/literatura/el-dia-que-los-cerros-se-levantaron/