Nueva experiencia Airbnb – Microteatro

Mi participación para el reto del microteatro del mes de septiembre de la compañera Merche Soriano, quien desde su blog nos hace la siguiente propuesta: escribir una pieza de microteatro con el tema «vacaciones».

Escenario: el interior de un pequeño departamento de Airbnb.

Personajes:

Andrea (la huésped, española)

Marta (la anfitriona, argentina)

Pancho (mexicano)

(Indispensable que todos los personajes tengan el acento de su «país»)

Marta y Andrea entran a la estancia, Andrea lleva sus maletas.

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Marta (tablet en mano, con voz de anuncio): ¡Bienvenida a la nueva experiencia de Airbnb! Espero le guste el departamento y pase unas vacaciones inolvidables. Ya solo falta que me indique el tipo de familia que le voy a mandar.

Andrea (observando todo): El lugar es como lo describió en el anuncio, eso está bien. Pues mire, me gustaría un esposo e hijos africanos, algo exótico.

Marta (Checa en su tablet, pone cara de frustración): Siento no poder complacerla, los africanos tienen mucha demanda estos días, ¿alguna otra preferencia?

Andrea (decepcionada): Si no hay disponibilidad, mándeme un marido mexicano y omita los hijos.

Marta (Checando su tablet): El marido mexicano está disponible y usted está de suerte, pues es un experto en comida y bebida de su país.

Andrea: Pero si estamos en Argentina, me gustaría que supiera de gastronomía local, no tanto mexicana.

Marta: Si gusta le busco un argentino

Andrea (resignada): No se moleste, mándeme al mexicano.

En ese momento se escucha que tocan fuerte a la puerta.

Marta: Mire, gracias a nuestro «servicio express» su marido para las vacaciones ya se encuentra a la puerta.

Marta va y le abre a un hombre bajito, moreno, con un bigote a lo Emiliano Zapata, viene vestido muy festivo con los colores de la bandera de México, con sombrero mexicano y una botella de tequila en una mano y un six de cervezas Corona en la otra.

Pancho (al entrar, da un grito de mariachi que espanta a Andrea).

Marta (como dando explicaciones): Usted quería algo exótico, espero que sea de su agrado.

Pancho (Le da un beso en la mejilla a Andrea, su enorme bigote le hace cosquillas a la mujer que hace caras y se retuerce. Se dirige a la cocina y sirve tequila en tres caballitos y les da uno a cada una de las mujeres)

Andrea (aprensiva, mirando a Marta): No sé si prefiero mejor al argentino.

Marta: Lo siento, ya es tarde para hacer cambios. Disfrute de la nueva experiencia «Airbnb Family Included». ¡Felices vacaciones!

Autor: Ana Laura Piera.

Si me dejas algún comentario asegúrate de poner tu nombre o tu blog para que yo te identifique, estos días WordPress me está poniendo algunos comentarios como anónimos, disculpa las molestias y gracias por tu visita.

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Descontentos. Microteatro.

Imagen creada con inteligencia artificial.

Mi participación en el reto del microteatro del mes de Junio, convocado por Merche en su blog Literatury & Fantasy. Condición: Escribir una obra donde nosotros mismos aparezcamos como un actor más, en mi caso, soy «Ana» que es mi nombre real.

Escenario: Una oficina, donde hay un escritorio, silla y ordenador. También hay una ventana, pero el público no puede ver lo que hay detrás.

Personajes:

Ana, escritora.

Paco, el asistente de Ana.

Dax, Toñito y Karya

Ana llega nerviosa e inquieta. Se asoma por una ventana y hace ademán de sorprenderse. La sigue Paco, también nervioso y compungido.

ANA:

—¿Y esa fila que hay afuera Paco?

PACO:

—Quieren verte y hablar contigo. Ya traté de echarlos y no hay modo.

ANA:

—¡Qué lata! Hoy me iba a poner a trabajar para el reto del microteatro de Merche. ¡En fin! Veré a unos cuantos, hazlos pasar de uno en uno y me traes un café, por favor.

Paco sale. Entra un extraterrestre, es de baja estatura, ojos negros y enormes como los de las moscas, tez verdosa, cabeza más grande que una humana y nariz muy pequeñita.

ANA: (Sorprendida)

—¡Ya sé quién eres! Eres Dax, de mi último cuento «Malditas Pasiones».

DAX:

—Sí. Quería decirte que no estoy de acuerdo con el destino que escribiste para mí: regresar a mi planeta y ser juzgado ya es bastante malo, pero haberme dejado probar el sexo humano y privarme luego de él, eso fue demasiado cruel.

ANA (sorprendida)

—Lo siento.

DAX:

—¿Podrías escribir que en mi planeta podemos tener sexo como los humanos? ¿Y que tenemos genitales como los de ustedes? Eso de que desaparezca mi miembro al cambiar de humano a extraterrestre no fue divertido.

ANA: (inquieta, como queriendo acabar ya la entrevista)

—Bueno, bueno, no te prometo nada, pero lo pensaré. Ahora sal por favor y deja que pase el siguiente.

Dax sale muy abatido. Entra un jorobado.

ANA:

—¡Toñito! El de mi cuento… «Toñito» (dice, como reconociendo la falta de originalidad del título)

TOÑITO: (Enojado)

—Empecemos por ahí: ¿Cómo que «Toñito» así en diminutivo? ¡Soy Antonio! Cambia eso, los diminutivos deberían de estar prohibidos, minimizan a la persona.

ANA: (haciendo ademanes de desesperación).

—¿Algo más?

TOÑITO:

—¿Por qué escribiste que me tiraron de bebé y me hice jorobado? ¿Por qué no escribiste una historia donde yo no sufra tanto?

ANA:

—Es que hay historias así Antonio, no todo puede ser color de rosa. (Se queda callada y luego dice enfática): Y finalmente ustedes no tendrían que andarse quejando. Yo soy la que decido cómo va la historia.

TOÑITO: (desafiante)

—¿Ah, si? ¡Pues exijo una compensación!. ¿Qué te parece que todos los de afuera nos juntamos y formamos un sindicato? ¿Eh?

ANA: (sorprendida y luego, en tono conciliador)

—Bueno, bueno, podría escribir otra historia sobre ti, una donde una operación novedosa te quita la joroba, y te permite crecer un poco.

TOÑITO:

—No suena mal. Acepto.

ANA:

—Bien, ahora por favor, déjame seguir atendiendo gente.

Toñito sale de escena y entra Paco.

PACO:

—¿Qué prefieres? ¿Un robot confundido, un hada quemada o una familia difunta? Están peleándose por pasar, les dije que tú eligirás quién sigue.

ANA: (frustrada y desesperada)

—¿Sabes qué? Ya no me traigas café, mejor tráeme un tequila doble.

Entra Paco con el tequila, Ana se lo toma de un sorbo y hace como que recupera fuerzas.

ANA:

—Ahora si, haz pasar al hada y avisa que por hoy ya no atenderé a nadie más.

Sale Paco y se escucha ruido de discusión afuera, Ana se jala los pelos. Luego entra una mujer de muy bellas facciones pero con el pelo chamuscado y la ropa quemada. En una de sus manos lleva una varita como de hada.

ANA:

—Tú eres… (duda)

KARYA:

—Soy Karya de tu cuento «Las Dos Hadas». ¿Cómo pudiste hacerme eso?

ANA:

—¿Hacerte qué?

KARYA:

—¿Se te hace poco hacerme la mala del cuento y luego que mi final sea chamuscarme en el incendio del bosque encantado? La mejor parte de la historia la reservaste para mi hermana Ptelea.

ANA:

—Reconozco que me pasé un poco contigo.

KARYA (Enojadísima):

—¿Un poco?

ANA:

—No lo prometo, pero modificaré el cuento y trataré de que no seas tan mala-mala y también que te pasen cosas buenas. ¿Contenta?

KARYA:

—Pues espero sí lo hagas. También, ¿podrías escribir sobre un mago guapo que me invite a salir?

ANA:

—Está bien. Ahora por favor, retírate.

Karya sale y entra Paco.

PACO:

—Quedaban muchos más, pero les dije que los atenderás mañana.

ANA: (alarmada)

—¿Muchos?

PACO:

—Casi tantos como los cuentos que has escrito en tu vida.

ANA: (muy desesperada)

—¡¡Tráeme otro tequila!!

Autor: Ana Laura Piera.

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Gajes del Oficio. Microteatro.

Mi participación para el reto del Microteatro del mes de Mayo del blog Literature and Fantasy de la compañera Merche. Requisito: debe versar sobre el teatro, es decir, el microteatro dentro del teatro: sobre actores ensayando, sobre una obra en concreto, sobre lo que significa el teatro, sobre la vida escénica, etc. 

Foto de: Eduardo Pastor – Unsplash

ESCENARIO:

El escenario mismo del teatro.

PERSONAJES:

SILVIA BENÍTEZ. Una mujer ya no tan joven, guapa, vestida de forma algo vulgar, llaman la atención sus enormes pechos. Aspirante a obtener el papel de María Cristina, personaje principal de una obra de teatro.

JUSTO SALDIVAR: Un hombre, gordo y bajito, vestido con una túnica oriental demasiado larga para su estatura, por lo que la arrastra visiblemente. También trae puesta una chichonera roja, de esas que usan los boxeadores. En la obra de teatro es «el Moncho», antagonista.

DIRECTOR: (No se ve, solo se oye la voz).

DIRECTOR: (Jovial).

—¡Silvia Benítez! Hace algunos años estaba usted muy activa en el mundillo teatral, pero se nos desapareció. ¡Bienvenida! Un gusto tenerla hoy. ¿Sabe de qué trata el papel, verdad?

SILVIA: (Mira hacia arriba y mueve la cabeza como buscando la voz. Luego habla con cierta timidez).

—Sí… Por lo que leí se trata de una recién llegada de Argentina a México, de nombre María Cristina y a quien, por cuestiones de mafias, le espera una encerrona tendida por un mexicano de malas intenciones.

DIRECTOR: (Entusiasmado)

—¡Excelente! Le presento a Justo Saldívar, el antagonista, en la obra se le conoce por su apodo del «Moncho». Intentemos la escena donde el «Moncho» la amenaza.

AMBOS ACTORES, CON PAPELES EN LAS MANOS, DAN UNA ÚLTIMA HOJEADA A SUS PARLAMENTOS Y SIN SOLTARLOS SE PREPARAN PARA LA ESCENA

JUSTO en su papel de Moncho: (Se acerca a la mujer por detrás sin que ella lo note y luego le habla en tono amenazante)

—Pensaste que te ibas a librar, pero estás muy equivocada, nunca debiste regresar a México. Mi jefe está encabronadísimo por lo que le hiciste y me ha pedido que te dé tu «bienvenida». ¿Cómo ves?

SILVIA en su papel de María Cristina: (Voltea de forma dramática y mira al «Moncho» fijamente, primero muy seria, luego empieza a tratar de controlar la risa, pero acaba por romper en carcajadas histéricas).

DIRECTOR: (Muy serio)

—¿Qué le causa tanta gracia Silvia?

SILVIA: (Partida de risa y explicando todo de forma entrecortada).

—Es que… es que… me da risa cómo está vestido mi compañero, y ¡esa chichonera! ¡Ja,ja,ja!

JUSTO: (Indignado)

—Mire Silvita, debo usar esta chichonera en los ensayos, ya que soy proclive a desmayos por una encefalitis mal cuidada. Pero nunca, oígame bien: NUNCA, me sucede durante las funciones. No se burle.

DIRECTOR: (Enojado)

—¿Quiere o no el papel Silvia? No nos haga perder el tiempo.

SILVIA: (Poniéndose seria)

—Sí, lo quiero. Disculpen.

DIRECTOR:

—Bueno, bueno, prosigamos ahora desde la respuesta del «Moncho».

AMBOS ACTORES SE COLOCAN FRENTE A FRENTE.

SILVIA (en su papel de María Cristina, con acento argentino).

—¡Deje de decir boludeces! Debería de avergonzarse de trabajar para ese mal parido que lo manda a hacer su trabajo sucio.

JUSTO (en su papel de Moncho, mirando de fijo los pechos de la actriz y tartamudeando).

—Este… si… yo…

DIRECTOR:

—¿Pasa algo, Justo? ¿Por qué está tartamudeando hombre?

JUSTO: (acalorado y sin despegar la vista de los pechos).

—Discúlpeme Sr. Director, es que no todos los días se ven «estas» cosas.

SILVIA: (Indignada)

—¡Deje de verme así! ¡Degenerado!

DIRECTOR: (Fastidiado)

—Tomémonos unos diez minutos de descanso, los quiero frescos y concentrados para el siguiente ensayo y recuerde, Silvia, usted todavía no tiene el papel, y usted, Justo, tenga presente que nadie es indispensable.

AMBOS ACTORES ASIENTEN AVERGONZADOS. LAS LUCES SE APAGAN Y SOLO SE ESCUCHAN LAS VOCES DE JUSTO Y SILVIA CUCHICHEANDO

SILVIA: Le advierto que si no me respeta yo…

JUSTO (interrumpiendo): En ningún momento le falté al respeto, en cambio usted sí se burló de mí. ¡Insensible!

SILVIA: (indignada) ¿Insensible? ¡Ahora me viene con ésas!

RUIDO DE PASOS QUE SE ALEJAN.

Autor: Ana Laura Piera.

«Agua de Fuego» – Microteatro

Mi participación en el «reto del Microteatro del mes de Abril» de la compañera Merche desde el blog «Literature and Fantasy blogspot.com» deberá versar sobre el agua ya que se inspira en el refrán: » En abril, aguas mil».

Escenario:

La escena es una selva tropical.

Personajes:

Robinson Crusoe y Viernes, sentados en un claro de la selva

Viernes (haciendo seña de que necesita beber algo, Robinson toma un coco y le ofrece, pero Viernes la rechaza con vehemencia y vuelve a hacer seña de que necesita beber)

Robinson:

—¿Y ahora qué mosca te ha picado Viernes? ¡Decídete!

Viernes: (Haciendo un gran esfuerzo en hablar y haciendo señas de que necesita beber)

—Yo… Necesitar… Agua, agua de fuego.

Robinson: (Extrañado)

—¿«Agua de fuego?» ¿De qué hablas?

Viernes:

—Agua de… Fuego… ¡Yo querer!

Robinson:

—No te entiendo.

Viernes: (Se para)

—Yo querer… Agua que… Se siente… Como fue…go (se toca la garganta de forma dramática como si le quemara) y también… Te pone… Feliz (y hace un bailecito torpe con cara de tonto)

Robinson se le queda viendo aun sin entender.

Viernes:

—¡Agua de… Fue…go! (Y hace gesto de que bebe algo y luego se pone a caminar tambaleándose, luego va y simula vomitar, luego se acuesta en el piso y hace como que duerme y ronca, luego se levanta y mira a Robinson, expectante).

Robinson:

—¡Vaya! (Robinson se levanta enojado) Agua de fuego… Agua de fuego… ¡Granuja! Seguramente me has espiado y a mis espaldas te has echado tus tragos. ¡Quieres alcohol! Creo que te he dado un muy mal ejemplo Viernes. No te puedo dar de esa agua, es mala para ti. (Dice enfático)

Viernes: (Enojado)

—Amo… ¿Por qué… Tu… Sí y yo no?

Robinson:

—Ya te lo dije Viernes, el agua de fuego es dañina. No quiero que te envicies. (Luego, mirando al público y diciendo como un secreto), «además las pocas botellas que pude rescatar del naufragio son limitadas y si Viernes se aficiona se acabarán antes de que me rescaten». (Se dirige a Viernes) ¡Te prohíbo que tomes «agua de fuego»! ¡Y deja de espiarme o te golpearé tan fuerte que te dejaré sin dientes!

Viernes baja la cabeza y luego camina hacia el público:

—Amo malo, yo… No… Entender.

Viernes recoge un coco y se pone a cortarlo (de mala gana) para poder beber agua de coco, Robinson aprovecha que está distraído y saca una botella con «agua de fuego» y toma un trago a escondidas y luego guarda la botella con rapidez. Mira al público y pide discreción a señas.

Autor: Ana Laura Piera

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