Persistencia sin Memoria. Microrrelato.

Una mosca camina sobre mí. Sus repulsivas patas mancillan mi superficie derretida como si no importara. A mi lado, un compañero ha claudicado del todo. Las hormigas están sobre él. Aún conserva su forma, pero tiene mal color. Supongo que eso nos espera: a mí, al que pende de una rama, y al que está encima del personaje extraño.

No sé qué ha pasado. Alguien cree que somos irrelevantes, que medir el tiempo no importa, pero no es lo mismo comer a las 3 que a las 6. A las 6 rugen las tripas. Quizás te desmayes. Tal vez eso le ocurrió al que yace acostado sobre la arena.

¡Vaya ironía! Somos medidores del tiempo, y aquí estamos, detenidos en una hora que ya no significa nada. No sé cuánto falta para que las hormigas se suban también en mí. Si pudiera, registraría ese intervalo. ¿Cuántos segundos para que la primera hormiga descubra que yo también me derrito? Si alguien pasara por aquí, podría darle ese último dato que deje constancia de mi existencia.

No guardo memoria anterior. No recuerdo haber estado sobre algún mueble o vitrina. Solo este momento. ¿Será que la figura postrada nos está soñando? ¿Acaso nunca hemos existido fuera de su sueño?

Moriré con la duda de si alguna vez fui útil. Solo sé que este instante se derrite lentamente. Quizá eso sea todo lo que quede de mí: una persistencia sin memoria.

240 palabras.

Autor: Ana Piera.

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62 comentarios en “Persistencia sin Memoria. Microrrelato.

  1. No existe tiempo , ni antes ni después solo un microsegundo que terminó antes de decirlo. Somos una neblina que se consumirá sin saber ni de donde vino ni a dónde irá..

    Magnífica Ana.. sin comentarios…

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  2. Hola, Ana, muchas gracias por participar en el microrreto del Tintero. Este cuadro fue uno de los que tuve en mente para hacer mi microrrelato, da mucho juego. El uso de las hormigas crea, a la perfección, la idea del paso del tiempo y de cómo este nos va comiendo poco a poco, como las hormigas. Como dice el relato, medidores del tiempo y a la vez detenidos en aquello que nos sucede. Muy buen aporte.

    Un abrazo. 🙂

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  3. Magnífico, Ana. Desdel el título negando lo evidente hasta la perspectiva en primera persona de la mosca equiparándonos a todos, a la narradora, al vecino, a cualquier persona o cosa en la que se pose, todos abocados al tiempo que mande ese final derretido y perecedero. Me ha encantado tu alegoría y la comparación de la obra elegida con tu manera de contar abocados a un final sin paliativos.

    Te felicito, compañera. Hace casi un año que no te leía y percibo un gran avance en tu modo de expresarte. Una persistencia sin memoria.

    Memorable tu aporte, Ana.

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  4. Ana, tu microrrelato me ha dejado pensando en lo que realmente significa existir. Esa voz del reloj derretido, atrapada en un instante sin pasado ni futuro, es profundamente conmovedora. Lograste que el tiempo —ese concepto tan abstracto y cotidiano— se volviera casi humano, vulnerable, y lleno de dudas. Me encantó cómo transformaste la obra de Dalí en una meditación sobre la utilidad, la memoria y el olvido. Gracias por este instante que, aunque se derrita, permanece en la mente. Un abrazo lleno de tiempo detenido.

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  5. Persistencia sin memoria. Qué buen título y qué buen relato. Me ha gustado muchísimo, Ana. Es dulce en el tono pero tiene un fondo muy opresivo. Has dado muy bien con la voz de los relojes y el puntito de surrealismo que requería el cuadro de Dalí. Genial.

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  6. ¡Qué arte tienes para sacarle provecho a cualquier reto e imagen, Ana!

    La verdad es que los relojes, el tiempo, son nuestros verdaderos jefes, unos tiranos. Pero si se dilatan, lo mismo nos dejan más tiempo para disfrutar. ¿no? 😉

    Abrazo Grande.

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    1. Tienes razón sobre el tiempo y si este se dilatara como le pasa a los relojes podríamos pasarla mejor con más tiempo para lo que nos gusta. El cuadro es muy sugestivo y el dilema de los pobres relojes salió casi automático. Mil gracias por visitarme y comentar. Abrazo fuerte.

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  7. Hola, Ana.

    Medir el tiempo es una invención del ser humano. Ese querer controlar lo incontrolable… ¿Cómo sería la vida del Homo Sapiens cuando se regían por la luz natural del sol? Dice José Antonio que los relojes son unos tiranos, y yo digo que no. Los tiranos somos los propios humanos con, a veces, unos horarios incompatibles con una vida con calidad. Trabajo, niños, colegio, compras, etc.

    Por supuesto que me ha encantado tu relato.

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    1. Coincido, el ser humano se ha hecho un corsé asfixiante con el manejo del «tiempo». Todo planeado para producir y no dejar de hacerlo. Buena observación. Te agradezco mucho la visita Noelia. Saludos.

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  8. Hola, Ana. Me ha encantado tu relato. Me ha parecido original y muy ingenioso. También me ha transmitido una sensación de abandono. Esos relojes ahí medio derretidos, como atrapados en un momento que no avanza, pero todavía deseosos de dejar constancia de su existencia, y convirtiendo el tiempo en algo más subjetivo que objetivo.

    Un abrazo 🤗 

    Beatriz (Historia)

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  9. El tiempo existe, sin duda, y como hacemos con todo, necesitamos un sistema para medirlo. Supongo que es más cómodo mirar el reloj, que mirar en que preciso momento el sol sale por el este y se oculta por el oeste. Desde luego, nada hay más valioso que el tiempo. Bueno, quizá la ¿salud?

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  10. Hola Ana, siempre me ha gustado la obra de Dalí, especialmente la que compartes por su significado con el tiempo, yo elegí a Manet. Tú micro lo has narrado con un gusto exquisito, que verdad que es que no se puede medir el tiempo, el sigue su curso te guste o no. Un abrazo. Nuria de Espinosa

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    1. Hola Nuria, nosotros somos los creadores de «medir» el tiempo, es una necesidad pero también es algo que nos aleja de los natural. El manejo del tiempo, optimizarlo, hace que viviamos para producir aunque sea a altas horas de la noche o en la madrugada. Es todo un tema. Mil gracias por pasar y por tu comentario. Los retos de El Tintero siempre son muy interesantes. Saludos.

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  11. Hola Ana, se te dan super los microrrelatos, este del tiempo ese al cual queremos controlar y encerrar y programar es tan libre que el sigue su fluir. Ese final parados en ese instante donde nada importa, también te derrites sin importar la hora, excelente, abrazo bien grande Themis

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  12. Hola Ana

    ¡El tiempo, maldito tirano! ¡Cuántas veces habremos maldecido a ese torturador! Sin embargo nunca me había imaginado la terrible vida de un reloj, denigrado, despreciado, desacreditado, vilipendiado… y (ahora me doy cuenta, también) acosado por bichos asquerosos como moscas u hormigas.

    Tengo en casa, impasible colgando de uno de los estantes de mi biblioteca, al protagonista de tu relato. Y puedes decirle que puede despejar su duda de si alguna vez fue útil. ¡Claro que lo fue y lo sigue siendo! Cada vez que paso a su lado, respiro profundo y digo: «Todo pasa, lo bueno y lo malo.» Esa simple frase me anima a seguir caminando.

    ¡Brillante micro! ¡Felicitaciones! Un abrazo

    Marlen

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    1. Wow, qué genial que tengas ese cuadro Marlen. Es muy sugestivo. Toda una reflexión sobre el tiempo, que como dices es el gran tirano. Aunque nosotros somos los creadores de su medición, algo que nos constriñe como una coraza inmvisible. Medir el tiempo para aprovecharlo y seguir produciendo.
      Mil gracias por pasarte y comentar. Lo aprecio mucho. Abrazo fuerte.

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  13. Hola Ana,
    Muy inquietantes los cuadros de Dalí, sin duda nunca dejan indiferente! Muy buena descripción y con todos sus detalles, si lo conoces, sin verlo, con tus palabras es fácil recordarlo! Un abrazote! Marifelita

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    1. Hola Marifelita, sí, Dalí con su surrealismo es, y explora, temas interesantes. No estoy segura que sin ver el cuadro el lector pueda entender el relato, pero bueno así era el reto. Te mando abrazos y espero leer el tuyo pronto, ando un poco atrasada con las lecturas de El Tintero.

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  14. ¡Qué lindo te ha quedado Ana! Me toca especialmente porque Dalí me gusta mucho y porque los relojes me atraen de manera especial y me acompañan en todo lo que medito acerca del tiempo, es una idea recurrente en mí y yo creo que en muchos que queremos estar conscientes de su valía, que nos preguntamos sobre su indecencia y por ser implacable. ¿Pasamos por el tiempo, o él pasa por nosotros?

    Felicidades siempre Ana, la grande de los retos. Y abrazos también, siempre. 🫂🤗🌹

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    1. Intereante tu observación al final Maty, creo que somos nosotros los que irrumpimos brevemente en el tiempo que fluye continuo. Somos apenas leves vibraciones que van perdiendo su fuerza hasta desaparecer, como cuando avientas una piedra en el agua. Y el tiempo sigue y nos olvida. Gracias por leer Maty, te mando abrazos.

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  15. Este reloj es un quejica. Encima de wue es el más preminente de los 4, se queja de que tendrá persistencia sin memoria. La mayoría en 100 años no tendremos ni persistencia ni memoria, él , en cambio siempre será admirado.

    Muy buena elección del cuadro, muy adecuado al tema y muy bien adaptado

    abrazoo

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  16. Te felicito, Ana. Tu micro es un lamento exquisito y efímero desde la perspectiva de una vela derretida –o un reloj de Dalí–, donde la mosca y las hormigas van tejiendo una elegía poética al tiempo detenido que evoca «La persistencia de la memoria» de Dalí . Cuestionas utilidad y memoria en un monólogo que se deshace como cera, dejando un regusto de melancolía pura.

    Abrazos.

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  17. Qué preciosidad de relato. me encanta la idea de que los relojes puedan ser el sueño del personaje que duerme en la arena. Has hecho una preciosa narración de un cuadro muy complicado. Enhorabuena.

    Un abrazo.

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  18. Un relato precioso. me ha encantado la idea de que los relojes puedan ser un sueño del personaje que duerme en la arena. has hecho una narración muy hermosa sobre un cuadro muy complicado. Enhorabuena.

    Un abrazo.

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  19. ¡Hola Ana! Tu texto personifica al reloj, que observa con impotencia cómo una mosca mancha su superficie y hormigas devoran a un compañero, mientras reflexiona sobre su inutilidad en un tiempo detenido donde “medir no importa”. Con ironía y desesperanza, explora la paradoja de ser un “medidor del tiempo” atrapado en un instante eterno, cuestionando su propia existencia y lamentando no haber dejado una marca útil. Detalles como las patas repulsivas de la mosca, el rugir de las tripas a las 6 o la duda sobre ser soñado añaden una atmósfera onírica y existencial, mientras la mención de la “persistencia sin memoria” evoca el título de la obra de Dalí, transformando el relato en un eco literario del arte surrealista. Es una invitación a contemplar la fragilidad de nuestra propia existencia en un mundo que, como el reloj, se derrite lentamente.

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  20. Si el tiempo no corre, la única es quedarte pillada, sin que nada cambie, o mejor, congelada en un momento de tu vida para siempre. Si el tiempo no avanza, nos quedamos tiesos, ¿sabes? Para que algo pase, el tiempo tiene que fluir. Por eso los relojes tienen vida, si se paran, no pasa nada, volvemos al modo «stand-by».

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  21. Has dado vida y voz a uno de esos perturbadores relojes de Dalí, y explicas con sensibilidad lo que supone el paso del tiempo, esa medición irremediable y angustiosa algunas veces.

    Enhorabuena.

    Un abrazo.

    Kirke

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  22. Hola, Ana. Qué cuadro más bonito, es de mis preferidos. Un relato tan simbólico como el mismo cuadro, no existe el tiempo, o existe pero sin la cuadratura de las agujas del reloj. Realmente, fantástico.

    un abrazo!

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    1. Hola Pepe, así es, el tiempo existe sin necesidad de las agujas de un reloj o un calendario. Un «año nuevo» es la continuación del mismo tiempo.
      Ese cuadro también me gusta mucho. Muchas gracias por pasarte y comentar. Abrazo de vuelta…

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  23. El tiempo es algo subjetivo de nuestro subconsciente, que escapa a la lógica racional. Aunque este reloj se expresa bastante bien, dando a entender que el tiempo, sea lo que sea el concepto que lo define, se nos escapa y pasa por cada uno de los seres mortales. Ese mismo ser amorfo que aparece en la parte central que según los entendidos representaba al propio autor del cuadro desmemoriado.

    Un abrazo. Fran Moroz

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