Mejores que Nosotros – Cuento Corto.

Mi participación en el reto del blog Alianzara, de la compañera Cristina Rubio, quien nos propone escribir una historia a partir de un título (de canción, de libro, película), y que no debe superar las 900 palabras. Yo he escogido «Mejores que Nosotros» que es una serie futurista de Netflix que recomiendo muchísimo. Mi relato nada tiene que ver con la serie, solo me inspiré en el título.

En la casa de Palma, había una abundancia de luz natural gracias a enormes ventanales que la dejaban entrar a todos los rincones. En medio de esa exuberancia lumínica, desde tiestos que estaban regados por todo el lugar, unas curiosas criaturas emitían suspiros y vocalizaciones placenteras mientras se bañaban en esa luz tibia. Monstera, la invitada de Palma, las miraba fascinada. Las había de diferentes tonalidades, desde casi blanquecinas, pasando por el amarillo y diversos tonos de naranja, hasta colores más oscuros, como el café o el negro.

—¡Qué extrañas! ¡No son verdes! ¿Hasta dónde crecen? ¿Cómo se llaman?

Desde la cocina, Palma respondió:

—No crecen mucho, apenas unos 15 o 20 centímetros. Cuando corona la cabeza, lo demás sale rápido y termina el crecimiento en cuanto los pies se afirman en la tierra. Se llaman «gente». Es una especie muy poco común y todavía estoy aprendiendo sobre ellas.

—¿Gente? ¡Qué nombre tan aburrido!

—El nombre quizás es aburrido, pero ellas no contestó acercándose a su amiga. Cuando están felices, cantan, si tienen tristeza, lloran, a veces pelean y hacen rabietas unas con otras. Por eso «las tengo juntas, pero no revueltas», como dice el dicho.

Monstera fue hacia una maceta de piedra donde crecía una figura delgada y pálida. Solo la cabeza, coronada por una larga cabellera rubia, y parte del cuerpo, hasta el pubis, se encontraban fuera de la tierra.

—Es una hembra. Aún falta que le crezcan las piernas. ¿Te gusta? —preguntó Palma—, si quieres puedes tocarla, verás cómo abre sus ojos, son azules como los zafiros. Es muy dulce.

—Me llama la atención, mas no me atrevo a tocarla, ya ves que tengo manos enormes y torpes, no quisiera lastimarla.

Palma iba y venía de la cocina al comedor con un ritmo cadencioso y grácil, que agitaba su verde melena como un abanico, mientras disponía todo para el almuerzo.

—¿Se te ha muerto alguna?

—Hasta ahora no. Siempre procuro darles todo lo que necesitan, agua, alimento y atención, incluso platico con ellas. Alguna vez tuve una problemática, me increpaba desde su maceta, era un macho, parecía muy desgraciado aquí y lo regresé al vivero, ahí le buscaron una nueva casa.

—Hiciste bien, son seres vivos y merecen respeto.

—Así es, nunca abandonaría a ninguna. Si se enferman, las llevo al médico y las cuido, si salgo de vacaciones, me preocupo de que alguien venga a atenderlas.

—Suena a mucho trabajo —dijo Monstera mientras se sentaba frente a un plato de suculento sustrato enriquecido con humus y minerales—. ¿Tú crees que si el mundo fuera al revés y ellas fueran quienes nos tuvieran que cuidar lo harían con tanto esmero?

—La verdad, no lo sé, me gustaría creer que sí, aunque no tiene caso pensarlo. El mundo es como es dijo Palma mientras se llevaba una cuchara copeteada de sustrato a la boca.

—Perdona que insista con el tema, Palma, ¿con todos los cuidados posibles, cuánto llegan a durar?

—Son longevas, aunque ignoro qué tanto. Me han dicho que al final de su vida, empiezan a ponerse arrugadas y blandas, sus cuerpos se vencen, los cabellos se vuelven blancos por completo, o se caen. Dejan de responder a los estímulos, luego se quedan dormidas sobre la tierra y ya no despiertan. Nunca me ha pasado afortunadamente. El más viejo que tengo es el que está cerca de la ventana, ¿lo ves? —dijo señalando una figura de color canela, erguida y con las dos piernas firmemente puestas sobre la tierra, tenía cabellos grises y a pesar de notarse la edad en su rostro, aún se veía fuerte. Percibió que le miraban y volteó hacia ellas, levantó una mano y saludó sonriendo.

—¿Y cómo se reproducen? —preguntó Monstera y Palma ya estaba un poco fastidiada de tanta pregunta.

—Eso no lo sé. Nunca se me ha reproducido una en casa. Siempre las traigo del vivero. ¿No probarás la comida?

—¡Oh, sí! Esto se ve de primera. ¡Comamos!

661 palabras.

Autor: Ana Piera.

Serie futurista de netflix, me basé en el
título.

Nota: Yo sé que muchas personas aman a sus plantas, y las cuidan y las miman, pero sospecho que es un porcentaje muy pequeño de población. Tengo la impresión (puedo estar equivocada), que las plantas normalmente son dejadas atrás en cuanto a cuidados, comparadas con otras cosas.

Publicada en Masticadores.

https://bloguers.net/votar/AnaPiera68

https://bloguers.net/literatura/mejores-que-nosotros-cuento-corto-para-el-reto-de-alianzara/

34 comentarios en “Mejores que Nosotros – Cuento Corto.

  1. Interesante cuento que más de uno debería leer. Cuidar las plantas, árboles, la naturaleza en definitiva es un bien preciado para todos del que todos salimos beneficiados. Un cuento para reflexionar sobre qué estamos haciendo con el planeta. Me encantó. Un abrazo

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  2. Excelente relato Ana! Me ha sorprendido por el punto de vista de las dos plantas protagonistas y la inversión de la realidad que magistralmente muestras con la gente en los maceteros. Pues estoy de acuerdo contigo. Creo que la mayoría de la gente no cuida mucho sus plantas y cuando se van de vacaciones pocos son los que se acuerdan de dejarlas con riego por goteo o tratamiento similar. He leído por ahí que a las plantas conviene hablarlas o ponerles música, pero eso es cosa de cada cual y no sé si cuenta con una base científica. Lo mínimo desde luego es regarlas adecuadamente y aportarles los suplementos nutrientes necesarios.

    En fin, me ha encantado toda la historia y también el detalle de esos humus y minerales del sustrato que comen Palma y Monstera.

    Felicidades.

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  3. Jajajajajaja, me gustó muchísimo, Ana. ¡Qué buen ritmo narrativo tiene y que simpático es tu relato! Además contiene un mensaje que me encanta: Un mundo en el que las plantas cuidan bien de la gente, mientras que en nuestro mundo la gente no cuidamos bien ni de las plantas ni de la naturaleza en general.

    Me encanta la conversación entre Monstera y Palma a través de la cual nos adentras en ese peculiar mundo en el que las plantas son las protagonistas y las que cuidan de los seres humanos. La imagen me ha encantado, es superoriginal y junto con el título de la serie, te ha quedado una historia fascinante e ingeniosa en la que reflejas muy bien la personalidad de las dos protagonistas.

    Ahora, con los nuevos avances de la ciencia, han descubierto que las plantas se comunican entre ellas, así que solo porque no se puedan mover o no hablen como los humanos, no significa que no sientan o no se comuniquen. Se merecen nuestro respeto y amor, porque si fuesen ellas quienes nos tuviesen que cuidar, desde luego que nos tratarían mil veces mejor que nosotros a ellas, tal y como reflejas en este relato.

    Respecto a la serie de que has seleccionado el título, me encantó. También me pareció muy buena. Me alegra que te haya inspirado esta historia tan divertida y a la vez con una crítica y una gran mensaje que ojalá tuviéramos más presente. Puesto que somos la única especie que se atreve a mirar por encima del hombro a las demás especies, que sin duda, son “mejores que nosotros”.   

    ¡Muchas gracias por participar en el reto de este mes y un fuerte abrazo!

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  4. Hola, Ana.

    Con tu genial destreza y arte le has dado la vuelta a la historia, narrando con una gran imaginación y con mucha dulzura ese mundo invertido.

    Me ha encantado la forma en que nos has retratado y, además, es una gran reflexión sobre cómo nos cuida la naturaleza, reflejo de la realidad, y cómo terminamos cuidándola nosotros.

    Un cuento para que lo leyeran muchos niños y aprendieran el cuidado de las plantas y de la naturaleza en general. ¡Muy necesario!

    Enhorabuena. Abrazo Grande. 🤗🥰👍🏻

    Nota.- Por curiosidad, he estado mirando qué planta sería yo y podría ser un Baobá (orondo y doble ancho). 😜😅🤣

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  5. Qué original, lindo y aleccionador. Magnífico. Tengo la buena experiencia de haber visto, saber bien, que quien tiene plantas es porque las ama y las cuida hasta el tope. Como los seres vivos que son, hasta llegan a platicar con ellas. Por fortuna, la gente que he conocido y las ama y las tiene y las procura es así, sin excepción.

    Tu idea, siempre original, buenísima, Ana. Cómo haces un mundo diferente, de esos que cuando los creas me hacen zambullirme y gozar a profundidad, es de lo más lindo que puede haber eso de crearse mundos paralelos y muy, muy mágicos

    Ana, te dejo un abrazo grande.

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    1. Hola Maty, gracias por pasar y por comentar, lo aprecio muchísimo. Yo siempre busco tener plantas, las cuido y para mí son una fuente de alegría, me da pena cuando veo algunas personas que las descuidan. Te mando un abrazote.

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  6. Buenisima reflexion, Plantas que tienen humanos como hobbie, me encanto todo el relato, que pienso …. puede ser quizas en otro planeta. Eso si, los viveros ahora le han puesto unos precios prohibitivos a la mayoria de plantas…. diria yo que para cuidar la inversion toca cuidarlas con esmero.

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    1. Hola, coincido que las plantas están carísimas, mínimo por cuidar la inversión podría uno cuidarlas más jejeje. Gracias por tu lectura y comentario. Desgraciadamente WordPress me puso tu comentario como anónimo.

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  7. (se me fue como anonimo el comentario…. pero soy yo)

    Buenisima reflexion, Plantas que tienen humanos como hobbie, me encanto todo el relato, que pienso …. puede ser quizas en otro planeta. Eso si, los viveros ahora le han puesto unos precios prohibitivos a la mayoria de plantas…. diria yo que para cuidar la inversion toca cuidarlas con esmero.

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